Esa condenada chica…
Imagina enamorarte de una plebeya, una mujer que no tiene nada que ver con la mafia. Fingir que gana una beca para que pueda ir a la universidad y cumplir sus sueños; convencerla de que crea en sí misma, igual que tú crees en ella. Entonces un día, llegas a casa y ella se ha ido. No es que haya hecho una paradita en el super a por un cartón de leche, no. Sus maletas han desaparecido y su número de teléfono ha cambiado. Todo rastro de su existencia ha sido borrado.
Se te rompe el corazón, te hundes de lleno en el negocio familiar de tu famiglia, con el que nunca quisiste tener nada que ver y aceptas convertirte en el nuevo jefe de la mafia. Te comprometes con la hija de la familia enemiga para poner fin a la guerra de mafias…
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